La modernidad que comenzó con el descubrimiento sirvió para justificar el colonialismo, la conquista y la colonización, basada en una “racionalidad” única y absoluta que excluyo lo diferente, a los “otros” y legitimó la violencia y la guerra.
Su lógica no fue el diálogo sino la dominación incapaz de reconocer otras culturas y respetarlas como tal.
El otro es el enemigo que se debe aniquilar o asimilar en nombre de la civilización, legitima sus acciones buscando razones religiosas, filosóficas y morales.
La modernidad se construye con una identidad excluyente y totalitaria, cerrada en su aparente racionalidad.
Hoy debemos repensarnos desde una reflexión crítica de la memoria, de lo humano. Creando espacios que ejerciten la solidaridad, y el respeto de los otros sobre la base de la justicia.
El futuro debe ser de invención transcultural, no de invasión ni de imperialismos globalizantes.
Hoy –queremos-debemos- hacer lecturas diferentes del pasado -para potenciar- para hacer mas rica la reflexión que abra nuevas posibilidades de intervenir, de interpretar, y de vivir la realidad.
Hoy necesitamos pensar otro mundo, con otras miradas, otros relatos y otras preguntas. Un mundo donde otras relaciones sean posibles. Donde otros mundos estén incluidos.
Daniela Zanandrea
Profesora de Ciencias Sociales
domingo, 28 de junio de 2009
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Buenas Tardes Daniela, tu post y por lo tanto tu mirada me conmueven. Henchido de orgullo se halla mi pecho al conocer vuestro trabajo.
ResponderEliminarGracias y felicitaciones.
Beatriz Ramírez